
Está frío el amanecer de mi hábitat humanizado y mi ser está enojado porque su andar descalzo se siente cohibido por la contaminación en las calles.
Las noticias dicen que pactaran para terminar la guerra y aunque desde su nacimiento, mi noción de lo bélico, sabía que en esta sociedad solo los intereses frenan los ataques, me enferma que la paz este tan devaluada en vida y tan sobre valuada en plata.
Es como si una lluvia de monedas matara a golpes a un símbolo de la paz formado por los cuerpos de unos nenes que se divierten haciendo formas. Todas estas cosas de hombres serios hacen que el cielo se sienta mas cerca al oír un estallido que al mirar las estrellas.
Siento que en este momento solo puedo hablar con El Principito ya que no me he cruzado con ningún delirante que me apoye al pensar en que si abro bien los ojos y miro al todo y a la nada, una pequeña luz, hará cosquillas en mi mano o tal vez en mi nariz.
Oigo y adhiero en "chau cielo azul" porque un precioso color celeste se va asomando y pienso que es hora de recordar que el cuerpo es muy pesado, debo alivianarme al viajar en sueños y resucitar en la realidad social con la cabeza buscando el equilibrio, todo, dentro de un par de horas. Intentando planear que voy a hacer mañana cuando me despierte y a lo largo del día y la noche siguiente ... recuerdo que quiero hacer malabares (aunque todavía me cuestan, he mejorado). Lo asocié con la vida, con todas las veces que dejé caer las bochas y con que ahora empiezo (de a poco) a jugar y mantenerme arriba por un tiempo.
Haciendo falto de "hilo" a mi texto (poco me importa), miro una nube y, cambiando de perspectiva, veo un cocodrilo, un señor con un arma, un cohete y un dragón lanza-llamas. Empiezo a sospechar que jamas tuve mejor juguete que mi imaginación y que por mas de que crezca trataré de no ser un adulto de los adultos de hoy.
Dejo de pensar y me vuelco de nuevo a esa nube que, como a mi imaginación, la cambió el movimiento, mientras el vicio metamorfosea mi voz a fuego lento.
Quiero irme a dormir, pero estoy mas despierta que nunca. Tengo frió, pero me siento muy cálida en este instante. El alba me agarró dicotómica y creo que la tinta me pide un descanso de ensueño.
Me retiro a mi aposentos, hoja mía, y para finalizar solo te cuento que, ante la necesidad de simplificarme, mañana quiero sonreír.
Las noticias dicen que pactaran para terminar la guerra y aunque desde su nacimiento, mi noción de lo bélico, sabía que en esta sociedad solo los intereses frenan los ataques, me enferma que la paz este tan devaluada en vida y tan sobre valuada en plata.
Es como si una lluvia de monedas matara a golpes a un símbolo de la paz formado por los cuerpos de unos nenes que se divierten haciendo formas. Todas estas cosas de hombres serios hacen que el cielo se sienta mas cerca al oír un estallido que al mirar las estrellas.
Siento que en este momento solo puedo hablar con El Principito ya que no me he cruzado con ningún delirante que me apoye al pensar en que si abro bien los ojos y miro al todo y a la nada, una pequeña luz, hará cosquillas en mi mano o tal vez en mi nariz.
Oigo y adhiero en "chau cielo azul" porque un precioso color celeste se va asomando y pienso que es hora de recordar que el cuerpo es muy pesado, debo alivianarme al viajar en sueños y resucitar en la realidad social con la cabeza buscando el equilibrio, todo, dentro de un par de horas. Intentando planear que voy a hacer mañana cuando me despierte y a lo largo del día y la noche siguiente ... recuerdo que quiero hacer malabares (aunque todavía me cuestan, he mejorado). Lo asocié con la vida, con todas las veces que dejé caer las bochas y con que ahora empiezo (de a poco) a jugar y mantenerme arriba por un tiempo.
Haciendo falto de "hilo" a mi texto (poco me importa), miro una nube y, cambiando de perspectiva, veo un cocodrilo, un señor con un arma, un cohete y un dragón lanza-llamas. Empiezo a sospechar que jamas tuve mejor juguete que mi imaginación y que por mas de que crezca trataré de no ser un adulto de los adultos de hoy.
Dejo de pensar y me vuelco de nuevo a esa nube que, como a mi imaginación, la cambió el movimiento, mientras el vicio metamorfosea mi voz a fuego lento.
Quiero irme a dormir, pero estoy mas despierta que nunca. Tengo frió, pero me siento muy cálida en este instante. El alba me agarró dicotómica y creo que la tinta me pide un descanso de ensueño.
Me retiro a mi aposentos, hoja mía, y para finalizar solo te cuento que, ante la necesidad de simplificarme, mañana quiero sonreír.



